Fruto de la pasión que ahora es mi maldición, probar el deleite de tus labios, treparme al árbol de tu cintura y conocer el verdadero Paraíso.
Échame del Edén si morir es vivir en tu piel, si el dolor será llevar tu descendencia y el castigo ser tu compañera.
Bendita seas maldita serpiente que me mostraste la tentación, que enredaste mi cuerpo y mi mente, más que por una ilusión por un despertar del pecado de original.
Ahora yo tambien soy maldita, y mil veces lo seré y tan sólo porque he descubierto que el mal y el bien es estar con él.
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¿Tú que soñaste?